viernes, 15 de enero de 2016

miércoles, 16 de diciembre de 2015

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Obras literarias que pueden ayudar a entender algún aspecto del temario de la Historia de la filosofía:

* "La Caida", Albert Camus

martes, 5 de marzo de 2013

Sobre  Nieztsche y la cuetión alemana puede servir de aclaración el siguiente texto que es un estracto de un artículo publicado en la revista filosófica A parte rei por David Alberto Fuks, Friedrich Nietzsche: entre el antigermanismo y lo dionisíaco, si quieres leer el artículo completo búscalo en la sección de Nietzsche.


"Más allá de la mucha tinta que ha corrido para defenestrar o elogiar -casi siempre de modo reduccionista- su prolífica obra lo cierto es que hubo un punto en el que cosechó seguidores por izquierda y por derecha y éste es el de su vínculo con el germanismo. Un germanismo mítico hecho a imagen y semejanza de sus diferentes epígonos. Gottfried Benn se pregunta "¿Qué culpa tiene Nietzsche de que los políticos se encarnasen en él?" y Miguel Morey lo defiende contra "el triste pillaje y manipulación de su pensamiento por la barbarie nazi, posibilidad presentida por el propio Nietzsche desde, por lo menos 1884, lo que le empujaría a distanciarse explicitamente de todo lo alemán en general, y aún más del pangermanismo en particular".

Tomás Abraham considera que en sus primeras obras Nietzsche se inscribe en el movimiento que pugna por la reforma de la cultura alemana: "Mientras en Alemania abundan las corrientes políticas de reforma social, el ideal de una nueva cultura transmite el deseo de nuevos valores y de nuevos líderes".

Se sabe de las operaciones políticas de su hermana Elisabeth para procurarle trascendencia a Friedrich Wilhelm aún despues de su muerte, las que no cesaron hasta lograr cierta canonización del filósofo por parte de Hitler. Al respecto anota Gilles Deleuze: "Se sabe que los nazis tuvieron relaciones ambiguas con la obra de Nietzsche: ambiguas porque les gustaba utilizarla, pero no podían hacerlo sin despedazar citas, falsificar ediciones, prohibir textos principales". Nietzsche escribió en 1883 a Overbeck: "No me gusta mi madre, y cada vez que oigo la voz de mi hermana me chirrían los oídos; siempre que he estado con ellas he caído enfermo". El matrimonio de Elisabeth con Bernhard Förster, un maestro racista wagneriano berlinés (con veleidades de "colonizador" de una Nueva Germanía en el Paraguay que predicaba el antisemitismo) fue censurado por Nietzsche al punto que escribe a Burckhardt: "...Todos los antisemitas deberían ser suprimidos". Y en otros textos: "No frecuentar a nadie que esté implicado en esta fumistería desvergonzada de las razas" y tambien "Pero en fin,¡qué creéis que siento cuando el nombre de Zarathustra sale de la boca de los antisemitas"

En sus escritos el filósofo es tajante en cuestionar la supuesta profundidad alemana, la mezcolanza de razas. Ante la pureza nazi de lo ario Nietzsche opone la heterogeneidad de la hibridez: El alma alemana es, ante todo compleja...los alemanes son inasibles, desconcidos, incalculables, terribles, escapan a la definición. Son un pueblo medio en todos los sentidos. El alemán no es sino que deviene, posee una palurda indiferencia frente al gusto, sintetiza el encuentro de lo mas noble con lo mas vulgar, digiere mal sus acontecimientos, ama la comodidad intelectual, es complaciente, posee una apariencia de profundidad y de arrojo prusiano. Inclusive en su afán antigermano Nietzsche arremete contra Beethoven en favor de Mozart, opina que leer libros en alemán son una torura y que, para quien dispone de un tercer oído, los músicos alemanes ignoran la armonía y escriben mal.

Deleuze afirma que si bien es cierto que en Nietzsche no faltan consideraciones raciales "la raza no interviene más que como elemento en un cruzamiento, como factor en un complejo fisiológico, a la vez que psicológico, político, histórico y social".

En una carta a Fritsch, autor antisemita y racista le escribe Nietzsche: "Le ruego que tenga a bien no enviarme más sus publicaciones: temo por mi paciencia".

En su Ensayo de autocrítica de 1886 escribe Nietzsche: "He aprendido a pensar sin esperanza ni indulgencia alguna acerca de ese "ser alemán", y asimismo acerca de la música alemana de ahora, la cual es romanticismo de los pies a la cabeza y la menos griega de todas las formas de arte: además, una destrozadora de nervios de primer rango, doblemente peligrosa en un pueblo que ama la bebida y honra la oscuridad como una virtud...".